Aún así, el estudio halló que las bebidas endulzadas con glucosa no parecen tener el mismo impacto.
En la investigación participaron voluntarios obesos y con exceso de peso que bebieron durante diez semanas preparados endulzados con fructosa o con glucosa que satisfacían el 25 por ciento de sus necesidades energéticas. Durante el estudio, los participantes de ambos grupos ganaron casi el mismo peso, pero los que consumieron las bebidas endulzadas con fructosa mostraron un aumento en la grasa intraabdominal.
Los investigadores, de la Universidad de California en Davis, también hallaron que los del grupo de la fructosa se hicieron menos sensibles a la insulina, que controla los niveles de glucosa en el organismo, y que mostraron señales de dislipidemia, es decir, niveles elevados de lípidos, moléculas solubles en grasa, en la sangre.
El estudio fue publicado en la Journal of Clinical Investigation.
Una menor sensibilidad a la insulina y a la dislipidemia son señales de síndrome metabólico, que aumenta el riesgo de ataque cardiaco. Ahora, se desconoce si consumir grandes cantidades de fructosa incrementa el riesgo de ataque cardiaco a largo plazo, según los autores de un editorial acompañante.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
HealthDay
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grupo 2: Asunción Cuevas
Daniela Donoso
Catalina Lastra
Fernanda Sepúlveda
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