martes, 28 de abril de 2009

Especialistas entregan opciones para evitar un impacto negativo en la alimentación: El aumento de precio no es excusa para dejar de incluir frutas y v


Cebollas que escasean, lechugas con hojas mustias y papas cada vez más caras son parte del escenario que se percibe en supermercados y ferias. El invierno y las heladas han causado estragos en frutas y hortalizas, han elevado sus precios y bajado su oferta y calidad.

Por eso, nutriólogos y expertos en alimentación están preocupados de los efectos que esto pueda tener en la dieta de las familias chilenas.

"Si las personas restringen su consumo de verduras y frutas debido a que consideran que el precio es muy alto, definitivamente se afectará la calidad de la alimentación, porque se recibirá menos aporte de fibra, vitaminas y minerales, que se encuentran principalmente en los vegetales", dice el doctor Manuel Moreno, nutriólogo del Centro de Tratamiento de la Obesidad de la U. Católica.

Kilos extras

El experto advierte, además, que reemplazar las verduras podría hacer que se ganen algunos kilos de más, porque las verduras son alimentos de baja densidad energética (pocas calorías por cantidad de peso), por lo que ocupan más volumen en los intestinos, lo que produce un efecto de saciedad con un aporte bajo de calorías.

Para los expertos del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), de la U. de Chile, una de las preocupaciones es que los padres reemplacen las frutas de la colación por golosinas, que no han subido de precio.

"En general, las frutas no han subido tanto de precio como las verduras, por lo que no se debiera reducir su presencia en la alimentación de los niños", dice Juliana Kain, investigadora del INTA. Agregar lechuga, tomate, pepino u otra verdura a un sándwich también es aconsejable.

Para mantener un balance en el bolsillo sin bajar la ingesta de frutas y verduras, la doctora Mónica Manrique, nutrióloga y directora del Centro Nutramed, aconseja disminuir el consumo de carnes rojas. "Para compensar la baja de proteínas, a los guisos y tortillas de verdura se les puede agregar clara de huevos", dice la experta, quien aconseja platos como tortilla de lechuga y atún. Las tortillas pueden ser también una buena alternativa para seguir consumiendo hojas verdes que no estén tan bonitas como para usarlas en ensaladas.

El doctor Moreno agrega que "las verduras congeladas son una alternativa absolutamente eficaz, que aporta parte importante de los beneficios de la verdura fresca".

Antes de comprarlas, sin embargo, hay que fijarse que el contenido se vea bien congelado y que no haya jugo líquido o congelado dentro de la bolsa, porque eso indicaría que estuvo descongelada, en cuyo caso gran parte de las vitaminas y minerales han quedado en el líquido.

Juliana Kain sugiere aprovechar que es invierno para preparar guisos, carbonadas y sopas de verduras. "Verduras enlatadas o congeladas, como choclo, arvejas, porotos verdes y otras quedan bien en este tipo de preparaciones". También los zapallos italianos, las berenjenas y el zapallo, cuyos precios se han mantenido estables.

La salsa de tomates como tal o hecha con tomate natural en conserva, es también una buena alternativa, pues es rica en antioxidantes y vitaminas.

La OMS recomienda consumir al menos 400 gr o cinco porciones diarias de frutas y verduras. En Chile, sin embargo, "consumimos 2,2 porciones al día", dice Juliana Kain.

Una porción equivale aproximadamente al volumen de una pelota de tenis. En el caso de las verduras de hoja verde, una porción equivale a una taza si las hojas están cocidas o a dos tazas si están crudas. Un vaso de jugo natural se considera una porción, pero sólo cuenta uno al día.

En las 5 porciones se incluyen frutas y verduras frescas, deshidratadas, enlatadas y congeladas, pero se excluyen las papas y tubérculos ricos en almidón.

También es recomendable combinar vegetales de cinco colores (verde, amarillo, rojo, blanco y morado), pues los pigmentos están asociados a distintos antioxidantes y nutrientes.

El doctor Moreno llama a no sobredimensionar el alza de precios y considerar que alimentarse bien es una inversión. "No tiene sentido ahorrar en frutas y verduras, porque finalmente el costo va a ser mucho más alto en trastornos como obesidad, enfermedades cardiovasculares, colesterol alto y otros".

Panorama verde oscuro

En julio de 2006, el kilo de cebollas costaba $867. En julio pasado el precio estaba en $1.555. En el mismo período, los $687 que gastó una familia en lechugas en julio pasado se convirtieron en $920. Según los feriantes de Lo Valledor, las heladas de este invierno han hecho subir, especialmente, el precio de cebollas, paltas, cítricos, papas, lechugas, espinacas, apio y repollo. También han subido los pimentones, los pepinos y los porotos verdes.

CONSUMO

160 GR de frutas y verduras al día consumen los chilenos en promedio. El óptimo son 400 gr.




GRUPO 13
Catalina Bravo
Catalina Calaf
Andrea Rosas
Josefina Varela

Fuente:emol
Grupo 13

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