sábado, 16 de mayo de 2009

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.Intervención para bajar de peso: Tras un bypass gástrico, la vida cotidiana experime

No sólo cambia el cuerpo y la cifra que marca la balanza.

Para quienes se someten a un bypass gástrico, la vida cotidiana experimenta grandes modificaciones.

Las principales se producen el primer año. "La mayor parte de la baja de peso ocurre en los seis primeros meses. De ahí en adelante se vuelve mucho más gradual", señala el doctor Fernando Carrasco, nutriólogo del Departamento de Nutrición de la U. de Chile.

El tipo de alimentos que se recibe en ese período lo explica. Durante los dos primeros meses, se pasa de alimentos licuados a papillas y después a una dieta semisólida, que no suma más de 800 calorías diarias. Después del primer año, la ingesta diaria de una persona con bypass se mantendrá entre 1.200 y 1.800 calorías.

Media taza de lentejas y un trozo de quesillo es un almuerzo de Paulina Rey, quien se operó hace un año y medio. "Nunca más tomé líquidos en las comidas y ya no puedo consumir bebidas gaseosas. Además, todos los líquidos los tomo a sorbitos", cuenta. ¿Y si sale a comer a un restaurante? "Con el aperitivo quedo lista", cuenta feliz.

Y es que la menor capacidad del estómago no permite más. Por eso, dice el doctor Carrasco, los pacientes deben fraccionar los alimentos en cuatro comidas y dos o tres colaciones al día. Para suplir la menor absorción de nutrientes, deben tomar de por vida un comprimido diario de multivitamínico.

Sólo el aperitivo

Con el alcohol hay que extremar la precaución. "Antes podía tomar tres piscos sour. Ahora con uno ya estoy en el cielo", cuenta Paulina.

El consumo de azúcares se limita de forma permanente, porque puede provocar síndrome de dumping, el que causa dolor estomacal y diarreas. Las grasas deben restringirse y también evitar condimentos irritantes, como ají o pimienta y alimentos meteorizantes.

Sin embargo, fuera de estos cambios, el doctor Carrasco asegura que pasado el primer año "se puede comer casi de todo, pero en cantidades reducidas".

El ejercicio también es fundamental. "En la primera etapa el énfasis está en el trabajo aeróbico, cardiovascular y de fortalecimiento muscular", dice la kinesióloga Johanna Pino, del Programa de Obesidad de la U. Católica. Se ejercita con mancuernas, pesas, máquinas y bandas elásticas. El principal objetivo es evitar la pérdida de masa muscular.

También es crucial el manejo de la postura, lo que evita sobrecargar las articulaciones. "Antes la persona tenía una postura sustentada por su peso y un centro de gravedad que al bajar de peso cambia. Si eso no se maneja con ejercicio, puede causar problemas posturales y dolores lumbares o cervicales".

Una vez que se logra un peso estable, la persona puede practicar deportes. "Pero siempre será importante acompañar el ejercicio de un buen aporte de proteínas, para no perder musculatura", dice Pino.

Una vez que el peso se ha estabilizado (12 a 18 meses después de la intervención), es posible entrar a pabellón para eliminar el exceso de piel que deja la masiva baja de peso. Abdomen, brazos, espalda, mamas, piernas y cara son los principales objetivos.

La intervención no sólo tiene fines estéticos. "El exceso de piel dificulta sentarse, porque no se pueden juntar las piernas, provoca pliegues que impiden un buen aseo y facilita la aparición de hongos. Es difícil encontrar ropa y el roce causa heridas en la piel", enumera el doctor Rodrigo Ramírez, cirujano plástico de la Universidad Católica.

Tres cirugías

En general, para abarcar todas las áreas del cuerpo hay que programar tres cirugías: una para abdomen y mamas, otra para muslos y brazos y la tercera para cara. "Pero la mayoría de los pacientes queda contento con la primera y para ahí", dice el cirujano plástico.

Todos los cambios que enfrentan las personas hacen que, especialmente el primer año, algunas sufran algunos trastornos que requieren orientación de un psicólogo. "Algunos tienden a aislarse socialmente por las limitaciones en su dieta", ejemplifica María José Leiva, psicóloga del Centro de Cirugía de la Obesidad de la Clínica Las Condes. A esto se suman irritabilidad y ansiedad, producto de los grandes cambios de hábitos a los que deben adaptarse. "Los que tienen una mirada más optimista y capacidad de adaptarse lo superan de mejor manera", dice la psicóloga.


Intervención con bemoles

Dieta

En casos poco frecuentes, la cirugía puede causar mala tolerancia a la carne o los azúcares. El bajo autocontrol puede llevar a algunos pacientes a engordar comiendo alimentos hipercalóricos con frecuencia.

Salud mental

La nueva imagen corporal puede estresar a algunos. "A veces se sienten agredidos porque ya no tienen un cuerpo grande que los separa de los demás y captan miradas a las que no estaban habituados", dice María José Leiva.

Estética

La piel dañada, delgada y reseca de los pacientes hace que suelan presentar complicaciones menores de cicatrización tras la cirugía estética. "Ninguno va a quedar flaco y las cicatrices van a ser grandes y visibles", les advierte el doctor Rodrigo Ramírez.

Día de visita: 15/05/09
http://diario.elmercurio.com/2009/05/15/vida_y_salud/sociedad/noticias/9CB9DF42-DE43-4C83-8729-A3C7A1429364.htm?id={9CB9DF42-DE43-4C83-8729-A3C7A1429364}
Integrantes: LUCIANA MATOS, CAMILA AWAD, PABLO MACHUCA Y MACARENA ESTEVEZ
GRUPO 14

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